Hace unos días recibí una llamada desde el teléfono 605050300. Me querían explicar una estupenda oferta de telefonía que no podría rechazar siempre que me fuera con ellos, claro. Nada nuevo bajo el sol; ¿qué os voy a contar a estas alturas?Embed from Getty Images
¡Que te vengas a Orange!
– Hola, buenas tardes, mi nombre es Eustaquio de Todos los Santos, le llamo de Orange, en Sevilla, para comunicarle una estupenda oferta que tenemos para usted.
Aunque sospecho de qué va el asunto, sigo adelante. Todo sea por el blog…
– Adelante, dígame – sabiendo que no me iba a interesar nada
– Resulta que si se viene con Orange tenemos una tarifa que…
– Perdone, no me puedo ir con Orange por dos razones.
– ¿Cómo? ¡No me diga! ¿Por qué?
– Primero porque está línea es de empresa y no soy yo el que decide y segundo porque esta línea ya pertenece a Orange, como usted debería saber…
– ¡Ah! Esto… Sí… Debe ser un error en la base de datos, lo voy a corregir ahora mismo…
– Perdone, ¿me llama usted de Orange?, Orange Orange, quiero decir, o son ustedes algún distribuidor… O…
– Orange Orange, claro, espere que corrijo la base de datos y…
– Me extraña mucho que haya un error en la base de datos, llevamos años como clientes suyos y tenemos más de 200 líneas contratadas… ¿Quién le ha facilitado mi número? No quiero que corrija nada, quiero que borre toda la información que tengan de esta línea. Si ustedes fueran Orange Orange, me llamaría nuestro gestor y hablaría con la persona designada, estaríamos en su base de datos y todo lo demás. ¿Me borra, por favor?
– Yo no puedo borrar nada, llama a Orange y que te borren allí.
– ¿No dijo usted que llamaba desde Orange?
– Que yo no borro nada, que llame a información o a Orange o lo que sea y listo. PIP-PIP-PIP….
Pues no era Orange Orange
Acto seguido, llamo a Orange Orange, 470, pido dar de baja la línea (es la manera más rápida de que te atienda un ser humano con capacidad de hacer algo) y, después de ser informado de todas las penalizaciones que tendré por darme de baja, incluyendo una semana completa con los grandes éxitos de Cañita Brava de fondo en cada llamada que haga, me atiende una amable señora que me dice lo que yo ya sé: que la llamada procedente de ese número, el 605050300, no es de Orange Orange, sino de algún distribuidor que ellos no controlan ni pueden controlar porque son otros los que llaman por su cuenta ofreciendo contratos que ellos desconocen y que no sabe nada de nada palabrita de niño Jesús, chimpón. Que si necesito algo más.
Que sí, que es Orange, obviamente
Si Orange llega a un acuerdo con terceras empresas para captar clientes, a mí me llama Orange, no La Gaviota & Co. Cierto, la llamada sale de una empresa externa con nombre de ave marítima, pero a todos los efectos, quien me llama a mí es Orange. Hablan en nombre de ellos, se identifican como Orange y los cambios que realices en tu línea, tienen efecto en la vida real. Si hace cuac, es un pato; ya conocéis la historia.
Y esa es la imagen que le queda al cliente: que Orange, los de la ardilla y la ballena, les han llamado. Por lo tanto, las acciones de esta empresa gaviotil, tienen un impacto directo en la imagen de marca de Orange.
Y, si esto es así, ¿cómo son capaces de firmar acuerdo alguno con gente o aves a los que luego no van a poder controlar? Misterios de la vida que deben ser rentables a corto plazo.
No hay excusa que valga
No vale lavarse las manos y escudarse en un distribuidor para no asumir sus responsabilidades. Eso no se hace. O, por lo menos, podrían dar una base de datos de clientes actualizad, ¿no?