Pollo asado, para más señas. No estaba malo, tampoco exquisito. Normal. Acompañado de patatas fritas, dos postres, una ración de croquetas y dos bebidas. Una buena propuesta para la comida sobrevenida de un jueves.
¿Dónde?
Lo hemos comprado para llevar, en un local que acaban de abrir, ahí, justo donde… cerca de la esquina esa. En el centro. Mira el envase y te aclaras. Está ahí, en la mesa. Míralo… sí, ese…
Sin embargo la experiencia no fue mala
Una buena oferta que dejó a la familia contenta en su conjunto. Y eso tiene mérito. Sin embargo no sabemos de quién será ese mérito.
Fue rápido, había una carta amplia, un buen servicio y muchas opciones para confeccionar un menú. Bien.
Pero hacerlo sin marca…
Ya has hecho lo más difícil: tener un producto adecuado, bien situado y con una buena oferta para captar a tus clientes.
¿Lo vas a dejar ahí? ¿Sin marca? ¿No le vas a poner tu sello personal? ¿Cómo va a ser eso?
La marca es importante. Mucho. Es la mejor manera para ser reconocido, que tu producto se identifique correctamente.
Sí, es caro personalizar un envase. Mucho más que acercarse a un distribuidor y comprar el que todos usan; justo eso: el que TODOS usan.
De esta manera tu producto quedará sin personalidad propia y será identificado con el resultado de las acciones de todos tus competidores.
Lo importante de la marca
Si mañana alguien se intoxica con un pollo y se difunde esa etiqueta, estarás expuesto a que tus clientes identifiquen ese problema contigo y decidan dejar de comprar.
Si la etiqueta estándar tiene un diseño feo o antiguo, te identificarán como feo o antiguo. Aunque tu producto sea resultón y moderno.
Tener marca propia implica poder controlarla, poder comunicar a tus clientes el mensaje que tú quieres (ya entenderán ellos lo que quieran).
Y, si tu producto es exitoso, será fácil localizarte.
Crea tu marca
Vender sin marca es barato en términos de desembolso de dinero, pero carísimo en términos económicos para una empresa. En algunos casos, es casi tan importante o incluso más que el propio producto o servicio que realices.
Incluso los productos de «marca blanca» usan hoy en día una marca. Y distinta a la del distribuidor, por cierto.
Renunciar a ella de esta manera es tirar por tierra mucho trabajo y, quizás, un futuro.