En este primer artículo de la saga hablaremos de cómo suelen muchas empresas iniciar sus proyectos de expansión.
Este artículo forma parte de la serie de artículos entrelazados con Loypro, el blog de nuestro amigo Juan Carlos Viela. Allí podréis encontrar el artículo que da sentido a todos estos.
Manolete
Era un torero, como podéis ver en el enlace que aparece justo en el título de este párrafo. Aquí también podéis ver una posible explicación al famoso dicho. Como veréis el dicho es solo eso, un dicho sin mucho fundamento.
Sin embargo sí expresa una gran verdad: hay momentos en los que es mejor dejar actuar a los expertos y apartarse antes de meter la pata y acabar haciendo una chapuza.
¿Ocurre esto en la empresa actual? ¡En absoluto!
Todos los días.
Las empresas cuentan con los recursos que cuentan y muchas veces intentan apañarse con ellos como sea con tal de que el trabajo salga lo mejor posible. Esto que, en principio, parece bueno, puede acabar por volverse contra ellas mismas.
Muchas veces se encargan tareas a personas más por la confianza que merecen que por sus verdaderas destrezas en el tema. Casi siempre la destreza es sustituida por estómago y, a base de echarle tripas al asunto, acaba todo saliendo más o menos bien.
Sin embargo esta estrategia es bastante desaconsejable:
- Puede acabar quemando al personal, por parte del resto del personal, que puede verlo como un fracasado y por él mismo, que pone en juego su autoestima.
- Muchas veces la falta de conocimientos técnicos sobre los asuntos acaba por destrozar un proyecto.
- Es bueno ponerle ganas a las cosas, pero si sabes de lo que va, mejor todavía.
¿Te jugarías a tus mejores jugadores de esta manera?
A veces no queda otra, pero lo normal es que sí haya otra. Normalmente se busca a gente capaz en la empresa para sacar adelante estos proyectos complejos. Sin embargo, en ocasiones estos proyectos acaban por comerse a sus responsables.
Si ya es traumático perder un trabajador (hablando de compromiso con la empresa), perder a los mejores es especialmente doloroso.
Guarda tus mejores cartas y usa las de los demás
Elije a las mejores personas para cada tarea. No te conformes con cubrir puestos y elegir a aquellos que más ganas le ponen. Pon a ese personal a salvo y concéntrate en el proyecto buscando los mejores recursos para él que puedas permitirte.
Busca a los mejores: a veces están fuera. ¿Importa eso acaso?
En eso consiste la gestión de los recursos, incluidos los humanos: en obtener lo máximo de los recursos disponibles de manera sostenida en el tiempo, con criterios éticos sólidos, claro.
O acaso pensabais que eso de los recursos humanos tenía que ver únicamente con la elaboración de la nómina al final de mes?
¡¿Quién iba a pensar que Manolete iba a ser el protagonista de un artículo de mi blog?!