¡Endesa ataca de nuevo! Hoy han sido dos veces, por la mañana y por la tarde.
El señor que me ha llamado me ha explicado que me iba a cambiar de tarifa para acceder a los descuentos por fidelización que Endesa me ofrece: entre un 5 y un 10% de descuento en el término de potencia (1-2€/mensuales en mi caso).
Me ha explicado también que lo hacían por mi bien, para ahorrarme dinero porque el gobierno calcula el precio de la electricidad cada tres meses y, con esta nueva tarifa, Endesa se comprometía a mantenerme el mismo precio que pago ahora pasara lo que pasara en la siguiente subasta.
¡Qué bonito todo! ¿no? No tenía ni siquiera que negarme. Tan sólo seguir el trámite y listo.
Pues no.
Lo que pretende Endesa es que abandone la tarifa TUR y me pase al mercado libre. Es curioso porque todo eso ha cambiado ya y la TUR desaparece como tal y los precios ya no se fijan en subasta, y menos por el gobierno.
La tarifa TUR, ahora Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), es una tarifa de mínimos que todo operador debe ofrecer a sus clientes. Debe cumplir con varios requisitos fijados por el gobierno, aunque éste no fija el precio directamente, sino la manera de calcularlo. El mercado libre, por el contrario, da total libertad al operador para fijar los precios que desee. ¿Vamos entendiendo ahora el interés de las grandes compañías eléctricas en pasar a sus clientes de una a otra tarifa? Aclaro de nuevo: En la PVPC la empresa no tiene libertad para fijar el precio; en el mercado libre sí.
Es decir: a las compañías les interesa tener a sus clientes en el mercado libre porque podrán fijar el precio de la electricidad como estas empresas deseen y no como les diga el gobierno de turno que lo hagan. Hoy por hoy, en mi caso, la PVPC es la mejor tarifa que puedo contratar. La TUR, en el pasado, también.
La oferta real
La oferta real consiste en el paso de mi contrato al mercado libre, aplicarme un descuento de 1-2€/mes en mi factura y mantenerme los precios actuales hasta enero de 2016. Después, lo que pase con el precio, será un misterio de fácil solución: probablemente suban, entre otras cosas porque serán libres de hacerlo.
Cierto, podré volver a mi anterior tarifa si lo deseo y sigue existiendo, pero algo me dice que no iba a ser sencillo conseguirlo. El mero paso de TUR a TUR con discriminación horaria (tarifa nocturna para entendernos) hace unos meses fue un calvario en el que me dejé parte de mi salud mental, así que podréis imaginar qué pasará en un futuro.
Ética comercial como valor añadido: inaceptable
Es una verdadera pena que el hecho de que alguna empresa te ofrezca algo de manera ética y honesta en algunos sectores sea un valor añadido a su oferta. Se supone que las empresas deben trabajar con unos criterios éticos y respetando unos principios basados en la honestidad ante sus clientes. ¡Como mínimo! ¡Eso se debe dar por hecho!
Pues no. En algunos sectores que tu proveedor no intente darte gato por liebre es ya un lujo.
Tanto es así que alternativas que hasta ahora son poco más que testimoniales y que no deberían pasar de una anécdota, han conseguido una cantidad de clientes enorme en muy poco tiempo… ofreciendo la misma tarifa eléctrica que las grandes. ¿Cómo se explica esto? Muy sencillo: el descontento con estas grandes empresas por parte de sus clientes es tal, que muchos de estos están dispuestos a cambiar de compañía aunque esta acción no les reporte ningún beneficio, al menos a priori.
Deberían tomar nota, el futuro está más cerca de lo que parece
Lo que está pasando en el sector eléctrico ha pasado ya en otros sectores. En casi todos el resultado ha sido parecido. La desregulación y eliminación de monopolios en las comunicaciones, por ejemplo, ha sacado a la luz ejércitos de clientes descontentos con las grandes y tradicionales empresas telefónicas y han huido para siempre de sus ofertas. La imagen de estas empresas está por los suelos y sus beneficios acaban proviniendo, en su mayoría de mercados extranjeros.
Para muestra un botón: sólo tenéis que ver los comentarios de las personas que escriben en el muro de Facebook de Movistar cuando ésta hace una oferta. Da susto.
Los mercados monopolísticos tienden a tratar a los clientes como cautivos. En cuanto estos se sienten liberados, huyen a mansalva para evitar volver al gigante con el que tenían contratados sus servicios tiempo atrás.
Cierto, puede trascurrir mucho tiempo antes de que el liderazgo de las grandes se vea ligeramente amenazado. Pero está claro que, quien siembra vientos, recoge tempestades.
Por cierto, he llamado para pedir que no volvieran a insistir telefónicamente con esta oferta. La respuesta ha sido que es imposible, que estoy en su base de datos y, por tanto, volverán a llamar cuando estimen oportuno. ¿Quizás esperan que algún día no sea yo el que responda y puedan vender esta oferta a algún otro miembro de la familia?