¿Quién manda oficialmente? Y, ¿quién manda de verdad?
Embed from Getty Images¿Quién es el jefe?
Aunque la respuesta a la pregunta parezca obvia en la mayor parte de las ocasiones, cuando uno rasca un poquito, también en muchas ocasiones aparecen sorpresas, como casi siempre pasa, esto no es una sorpresa. Queremos decir que no es sorpresa que aparezcan sorpresas. Que la sorpresa sería que no hubiera sorpresa. Bueno, eso.
El que manda
El jefe es el que manda. Sencillo. Buscamos al que manda o los que mandan y ya tenemos resuelto el problema. A otra cosa mariposa. Pero, ¿qué es «mandar»?
Mandar: dictar qué se debe hacer
Sencillo, ¿no? ¡Menuda obviedad de artículo que no está saliendo!
Pero si lo pensamos, el que manda, el jefe, hace muchas más cosas, ¿no?
- Dice qué hay que hacer, sí. Él, por alguna razón, ya lo sabe.
- Dice cómo hay que hacerlo, claro, también.
- Dice quién lo tiene que hacer, normalmente otro distinto a él. Delegar y asignar recursos le llaman a esto.
- Dice cuándo hay que empezar a hacerlo y cuándo tiene que estar hecho.
- Dice cuánto hay que gastar como mucho.
- Comprueba que está todo como se ha hecho como se debe hacer.
- Juega al pádel mientras los demás trabajan.
Todo esto es «mandar», si lo hace el jefe y el jefe manda. Así que debe ser algo parecido a eso.
Ahora que ya tenemos claro qué es mandar, ya podemos identificar al jefe. ¡Facilísimo! Más o menos.
El afortunado es…
En tu empresa el jefe es… bueno, a lo mejor hay varios jefes. Incluso un jefe de jefes. Es posible que hasta un jefe de jefes de jefes. El último de estos será el JEFE, el que más manda. Cuestión de seguir el camino de migas de pan (en el cuento original, Pulgarcito, de Perrault, eran piedrecitas blancas al principio y luego migas de pan. Ojo a esto: no marquéis el camino con migas de pan, con piedras fue mejor idea).
Otra forma de averiguar quién manda en la empresa es buscar entre los empleados quién no pone su posición en la empresa en la tarjeta de visita. A veces incluso el que tiene la firma más esquemática también vale.
Ahora algunos le llaman CEO, antes director general. Éste es el que manda. Seguro. Casi seguro. Um…
Bueno, en algunos casos, por encima del CEO hay un consejo de administración. Sus componentes también mandan, unos más que otros, pero mandan. En especial el presidente, ¡éste es el que manda! O no…
En algunos casos, el consejo de administración nombra un consejero delegado. ¡Éste sí que es el que manda! Seguro que sí…
Es posible que tu empresa tenga varios accionistas y haya una junta general de accionistas donde se tomen decisiones que afectan, incluso al consejero delegado. ¡¡Los que mandan están ahí!! ¡por fin!
O no… no me vengas con esas ahora
Por encima del capataz, del jefe de obra, del director de proyecto, del director de producción, del director de división, del director nacional, del director internacional, del presidente del consejo de administración, del consejero delegado y de los accionistas… ¿queda alguien que mande más, además del rey en las monarquías absolutistas?
Bueno, es posible. Se llama «cliente«. Es posible que éste sea el que manda. Ese humilde ser humano, que no tiene tarjeta de visita corporativa, ni email con el dominio de tu empresa, que no conoce al consejo de administración y jamás comprará una participación de tu empresa.
Quizás ese con el que te cruzas a la salida de la estación de tren al que golpeas sin querer y pides perdón con la boca chica, el conductor de ese utilitario al que acabas de soltar un improperio, el chico que trajo el paquete de Amazon a tu oficina, esa mujer que tardaba tanto en encontrar su cartera en la farmacia, esa niña que olvidó su bocadillo en casa y no desayunará en el cole hoy, el estudiante que justo ahora está de botellón, esa profesora de mecanografía… quizás esos, uno de ellos o una horda de ellos son los jefes de tu empresa.
Repasa la lista anterior, ¿no hace eso el cliente?
Y, quizás, solo quizás, si no son ellos los jefes, tu empresa tiene un problema. ¿o no?