Mediterranean, Bocados Redondos, es un pequeño restaurante situado en Churriana, en Málaga. Algún aventurado podría clasificarlos como una hamburguesería de barrio más. Se equivocaría.
Las hamburgueserías de barrio
En la hostelería hay muchas maneras de clasificar a los negocios. Desde las más oficiales, hasta las más vulgares. En cualquier caso, las hamburgueserías de barrio ostentan habitualmente el peor lugar en casi todas las categorías.
Escucho a menudo compañeros que hablan mal de las grandes cadenas de comida rápida insistiendo en que prefieren una hamburguesería de barrio tradicional. No saben lo que dicen. Los estándares de limpieza e higiene de una gran cadena nacional que se juega el negocio completo por la aparición de una mínima salmonelosis en alguno de sus establecimientos por remoto que éste sea no tiene comparación alguna con los niveles habituales en este tipo de restaurante de barrio.
En general, las hamburgueserías de barrio suelen ser bastante «cutres». Cocinas abarrotadas y pequeñas que necesitan una limpieza profunda, personal poco formado, imagen inexistente… Qué le vamos a hacer. Es algo por lo que su público -generalmente jóvenes con poco poder adquisitivo- están dispuestos a pasar a cambio de llevarse algo a la boca un viernes por la noche.
A lo mejor me he pasado un poco con la crítica. Lo compruebo a ver… no, no me he pasado.
Mediterranean, Bocados Redondos
Como podéis ver en la foto, este negocio no parece la típica hamburguesería de barrio. La imagen está cuidada tanto en el exterior como en el interior. La carta es algo más que una cuartilla con los bocadillos en orden de ingredientes y el personal es atento, profesional y está bien formado.
Además está limpio, es higiénico y la cocina está a la vista de todos tras un cristal.
No tiene unos precios más altos que cualquier hamburguesería de barrio para productos equivalentes, pero sí tiene muchas más opciones que le permiten obtener ingresos con las que otras hamburgueserías no cuentan.
En una hamburguesería tradicional de barrio puedes pedir las patatas fritas con mayonesa o ketchup. O solas. Aquí puedes pedirlas, además, con kebab, queso y bacon y otras opciones.
Del hacerlo de cualquier manera a hacerlo bien
Es un camino que puede ser largo o corto, pero que siempre merece la pena recorrer. Muchas veces la diferencia entre hacerlo bien y hacerlo mal es menor de lo que uno espera.
Con un poco de amor y dedicación pueden alcanzarse cotas de satisfacción de los clientes impensables. No todo es cuestión de dinero aunque, obviamente, el dinero ayuda.
Tener una buena imagen corporativa es caro, pero cuidar la higiene no tanto. Tener una decoración interior a la última moda es caro, pero atender al cliente con una sonrisa y tratarlo con cortesía, no.
Exceso de excelencia
A ver quién es el guapo que hoy en día no habla de excelencia en la empresa. ¿Quién no quiere una empresa excelente? ¿Quién va a ser capaz de decir que no siempre es necesaria la excelencia?
¡Yo!
La excelencia es buena, por supuesto, y completamente necesaria. Pero tampoco hay que pasarse e idolatrarla. No estamos pidiendo la excelencia en cada PYME hasta extremos galácticos. Hay negocios en los que no es necesario llegar a este punto. Que estamos hablando de una hamburguesería de barrio, ¡por dios!
En el término medio está la virtud
Justo eso: el término medio.
Imaginemos nuestra hamburguesería de barrio idea: limpia, higiénica, con camareros simpatiquísimos, una carta extensa y excelente acompañada de una rica carta de vinos, servicio de aparcacoches, payasos para los niños, orquesta sinfónica para los padres y todo a un precio ridículo.
Esto no existe, menos mal, ni va a existir nunca.
Pero entre eso, y los términos habituales de las hamburgueserías de barrio hay mucho camino. Encontrar el punto exacto dónde colocarse no es sencillo, pero no tiene por qué ser necesariamente ninguno de los extremos. Es más, es muy probable que no lo sea.
Una hamburguesería de barrio donde nos traten bien, esté limpia, donde los niños estén cómodos, los precios sean asequibles y la comida correcta suele ser suficiente para provocar la satisfacción de sus clientes y perdurar en el tiempo.
Ofrecer mucho más que eso puede ser una opción, pero ofrecer justo eso tampoco está mal.
De nuevo Mediterranean y su hamburguesa al punto
Aquí es donde se sitúa Mediterranean: no es la típica y cutre hamburguesería de barrio, tampoco es El Bulli.
En Mediterranean han sabido encontrar su posicionamiento ofreciendo una diferenciación clara respecto a la competencia con un estándar de calidad muy superior pero sin perder la esencia del negocio.
¿Se puede pedir más a un negocio como este? Seguramente sí, pero no hace falta. Ahora sólo espero que el espíritu emprendedor de sus propietarios les lleve a abrir otros locales similares en distintos puntos de la provincia y, por qué no, del resto del mundo.
Menos hamburgueserías de barrio, hombre, y más empresas
Ahora sólo hay que cambiar «hamburguesería de barrio» por otro negocio que tengáis en las cercanías de vuestros domicilios.