Según cuenta la leyenda, Jeff Bezos, principal ejecutivo de Amazon obliga a todos sus cargos de responsabilidad, incluido él mismo, a atender al menos durante dos días al año las llamadas de su call center. ¿Por qué?
Realidad
Un baño de realidad nunca viene mal. Los japoneses le llaman ir al gemba o bajar al gemba en terminología Lean. Pero no hace falta irse a filosofías de producción especialmente avanzadas para justificar que los que toman las decisiones en una empresa, deben conocer la empresa.
La realidad es, en ocasiones, mucho mejor que la ficción.
Humildad
El hecho de ponerse a pie de obra, compartiendo tu puesto con el trabajador que está allí cada día hace que las cosas se vean de manera completamente diferente. De repente, esos problemas que a alto nivel son mundanos, cobran importancia. Esos detalles en los que nunca se entra en ninguna reunión de dirección, se dejan notar. Normalmente son fácilmente resolubles y, en muchos casos, los propios trabajadores tienen propuestas que los eliminarían de un plumazo.
Pero si no hay nadie allí para oírlas, nadie tomará la decisión final de poner en marcha las soluciones.
Una cura de espanto, una catarsis, un baño de realidad son buenas oportunidades para fomentar la humildad a la hora de tomar decisiones.
Es barato y fácil
Tan sólo hace falta voluntad, querer hacerlo. Cualquiera en un puesto de responsabilidad puede remangarse y bajar a la planta, al mundo real, a donde ocurren las cosas.
Ponerse manos a la obra, ver cómo se hacen las cosas, ver la empresa desde otra perspectiva.
Sencillo y barato. ¿Se puede pedir más?
¡Pues a ello!