Acabo de recibir en mi oficina un sobre plastificado de una empresa de mensajería dirigido a mí personalmente. Me ha hecho ilusión, la verdad. ¡Un paquete para mí! ¿De quién será?
Viene de una empresa que se dedica a instalar, conservar y reparar puertas, muelles de carga y similares.
El misterioso sobre de plástico
La dirección no era correcta. Bueno, tampoco pasa nada, alguien se las ha apañado para hacérmela llegar de todas formas. Los datos venían corregidos con típex. ¡Menos mal!
El sobre es de esos que no hay manera de abrir a no ser que uses una tijera, un cutter o un sable láser. Tengo que reconocer que me ha costado abrirlo y que casi tengo que hacerlo usando los dientes. Sería la emoción.
Dentro… otro sobre. Éste de papel, tamaño A4, grande. La dirección impresa en él también era errónea, pero qué más da, iba dentro de otro sobre a fin de cuentas.
Más emoción, tengo que abrirlo. Esta vez es fácil, es de papel.
Y, ¡por fin!, dentro… un folio con dos párrafos. Blanco y negro. Tres líneas cada párrafo y una firma en la parte inferior.
El texto:
Nos ponemos en contacto con usted para obsequiarle con un Bono con el que obtendrá un 20% de descuento en su primera solicitud de intervención de asistencia técnica, ya sea en puertas seccionales, puertas rápidas muelles de carga o abrigos de estanqueidad.
Dicho bono tendrá una validez de […]
Muchas gracias de antemano.
¿Quiénes son?
Después de rebuscar un rato encuentro el logo de una empresa en la esquina superior derecha, en gris. Un nombre bastante raro que no recuerda a nada y que no he identificado como marca al verlo por primera vez. No indica el remitente, no indica quiénes son o a qué se dedican de manera clara. Sólo la marca en gris.
Al momento caí en que hablaba de un bono, así que fui a buscarlo al sobre que ya estaba en la papelera. Efectivamente, había un bono dentro que tampoco aclaraba nada más. Bueno, algo más sí: el bono llevaba unos portones dibujados.
Todo esto firmado por una persona del departamento comercial, eso sí.
¡Hay que hacer promociones!
¡Cómo no! ¡Claro! Las promociones son una herramienta importante para potenciar la venta. Pero claro, hay que hacerlas bien.
Bien comunicada, con una oferta correcta y concreta, fácil de entender, limitada en el tiempo… lo que se dice bien hecha, vamos.
Sensatez, por favor
En fin, una gran desilusión, porque me esperaba un buen regalo o algo parecido, vista la parafernalia que han desplegado.
Un paquete enviado por mensajería con un gran sobre con un único folio y 6 líneas de texto, gris, como aquel supermercado, sin presentación, sin exponer a qué se dedica la empresa, de hecho, casi sin exponer de qué empresa se trata, con la dirección equivocada y corregida posteriormente, fría y sin gracia.
Y un bono, que no se nos olvide, fuera del sobre y que, como te descuides, acaba en la basura.
¿Es ésta la mejor manera de promocionar una empresa que instala o mantiene o algo relacionado con las puertas?
Esto es un producto técnico, que procede de una empresa que es desconocida para la mayoría de los mortales; de hecho, desconocida para todos aquellos que no hayan dedicado tiempo suficiente a los portones de su almacén.
Es una empresa que tiene que presentarse, explicar bien qué hacen, cómo lo hacen y qué experiencia tienen. Como mínimo.
Si hubieran traído el paquete en carroza tirada por 6 corceles blancos, habría hecho lo mismo con ella: archivarla en la papelera, claro.