Hace poco hablábamos de IKEA y sus relaciones con los bloggers. Hoy hablaremos de un efecto que recordé mientras escribía aquel post. Se ve que no estaba demasiado concentrado…
El efecto Streisand
Es tan sencillo de explicar que pondré el enlace a wikipedia en inglés para que tenga algún mérito entenderlo. Aquí está.
Simple y fácil de entender: el efecto Streisand se produce cuando alguien intenta acallar alguna información que aparece en algún medio de comunicación y consigue justo lo contrario.
Se llama así por la famosa actriz, sí. Resulta que intentó evitar que un medio de comunicación publicara unas fotos de su casa tomadas desde el aire. Cuando el público se enteró, no pudo contener su curiosidad y, cuando las fotos acabaron saliendo a la luz, aquella casa de la que nadie se acordaba, excepto su dueña, fue uno de los chascarrillos más populares de todo USA.
¿Y por qué el efecto Streisan en este blog?
Por varias razones, claro.
La primera: es fácil de explicar, tanto como de entender. Simple.
La segunda: porque controlar lo que se dice de ti es muy complicado y, a veces, meteduras de pata solemnes acaban por dilapidar la imagen de una empresa en minutos.
La tercera: porque es una forma de rebeldía que pueden ejercer los clientes contra las empresas y que obliga a estas a «portarse mejor».
Cada vez es más complicado ocultar información. Sinceramente, dudo que ahora haya más corrupción en política que hace unos años (de hecho creo que hay menos); el hecho de que ahora cada día desayunemos con un nuevo escándalo evidencia que cada vez es más complicado ocultar comportamientos poco éticos.
Internet y su anonimato hace que cualquier persona pueda denunciar cualquier caso de malas prácticas y, una vez hecho, cuanto más se empeñen en ocultarlo más facilidad para que se convierta en trending topic.
Que sí, que vale, pero que esto es un blog de empresa…
Claro. Y por eso está aquí la descripción del efecto: porque ahora hay que pensarse muy bien qué se hace, qué se cuenta y cómo se comunica cuando estás al frente de un negocio.
Ahora las meteduras de pata no son tan fáciles de ocultar y cualquier negocio a nivel internacional puede acabar borrado del mapa con un poco de mala suerte.
La niña fea
Hace unos días corrió por internet la historia de una niña de corta edad a la que se le pidió que abandonara un local franquiciado de KFC. La niña, al parecer, tenía unas cicatrices en la cara consecuencia de las mordeduras de un perro.
La noticia contenía todo aquello necesario para convertirse en viral: una empresa grande que atosiga a una pequeña niña víctima de un ataque. Todo el mundo puso verde a KFC, como podréis imaginar. Tanto fue así que KFC abrió una investigación para aclarar lo sucedido y donó 30.000$ a la familia de la niña como compensación.
Resulta que la historia parece que no fue tan cierta como comentaron sus protagonistas y que, finalmente fue un invento de estos para sacarle los cuartos a KFC. La empresa ha publicado los resultados de la investigación y NO ha pedido a la familia que devuelva el dinero. Ojo al detalle, porque quizás sea esto lo que ha conseguido que la resolución real del caso se convierta en viral tanto como la falsa denuncia.
Les ha costado 30.000$, pero han conseguido acabar con la cabeza alta y con una imagen reforzada ante el público americano.
No se puede controlar, Streisand vigila desde lo alto
No se puede controlar directamente lo que dicen de ti, pero eso no quiere decir que no haya nada que hacer. Todo lo contrario: hay mucho que hacer y hay que pensarlo bien.
Sin llegar a la magnitud de KFC, siempre se dice algo de cada empresa: de la peluquería de la esquina, que es muy cara, de la zapatería que huele mal, del frutero que lleva la fruta más fresca de la provincia o de la papelería, que siempre tiene un buen detalle con los niños. Por pequeño que sea tu negocio, siempre se dice algo de él. Seguro. Y si no se dice, peor todavía.
Saber qué se dice de ti y cómo actuar es vital. Os animo a investigarlo y a tratar de reconducirlo según vuestros intereses.