Da hasta no-se-qué escribir esto, pero a veces es necesario. Más de una vez he preguntado al dueño de una PYME, más P que M, si su empresa daba beneficios y cuántos eran estos. En muchas ocasiones las respuestas han sido “raras”.
– ¿Beneficios? ¡Sí, claro! Tengo para hacer los pagos que hay pendientes y en la caja hay dinero.
– ¿Que a cuánto ascienden los beneficios exactamente? Bueno, esto, umm, si quieres te lo miro…
Tened en cuenta que este post está orientado a las PYMES muy pequeñas, no os pongáis quisquillosos.
Tesorería
Resumiendo mucho, que esto no es un blog dedicado a las finanzas, la tesorería incluye el dinero que hay en caja, en los bancos y en inversiones a muy corto plazo y que no conllevan prácticamente ningún riesgo.
En otras palabras: el dinero contante y sonante que hay en la empresa.
El beneficio es un apunte contable, resultado de realizar algunas operaciones matemáticas con los ingresos y gastos en los que incurre la empresa en su funcionamiento. Para determinarlo es importante establecer el intervalo de tiempo al que se refiere.
Tesorería no es igual a beneficios
Tener dinero en caja o en una cuenta corriente en el banco no es sinónimo de tener beneficios. Ni siquiera si este dinero aumenta o disminuye durante un intervalo de tiempo.
Puede haber dinero en la caja y la empresa estar en pérdidas y puede estar repartiendo beneficios sin tener dinero en la caja.
La confusión
Confundir la caja de la empresa con el bolsillo del empresario es más frecuente de lo que se piensa. Sobre todo en empresas muy pequeñas. Llevar el control de lo que se retira de la caja cada día es fundamental. Tan fundamental como contar con un pequeño plan de tesorería que nos permita conocer cuánto hay que pagar y cuándo.
Confundir la caja del dueño, en ocasiones autónomo, con la del negocio es demasiado habitual.
No tiene mucha importancia si todo va bien y la entrada de dinero es suficiente como para realizar los pagos a corto plazo que se van generando. Pero cuando los pagos o los cobros son irregulares o importantes en magnitud, la cosa se complica.
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