Están por todos lados, son rebeldes, nunca harán lo que les pidas cuando se lo pidas. Van a su aire, a veces en grandes grupos, otras veces en pequeñas pandillas, pero siempre acompañados. Sus juicios inapelables y a ver quién es el guapo que se atreve a llevarles la contraria.
Sus tácticas incluyen el chantaje emocional, el montar escenas en público o directamente usar los gritos a mansalva y sin miramientos.
A continuación os presento a los verdaderos expertos en packaging:
¿Qué os parece?
¿Habéis probado a ir a un supermercado acompañado por niños? Son capaces de distinguir la marca blanca de la convencional sin, ni siquiera, saber leer. Hoy he tenido que luchar con ellos por unas natillas Danone frente a unas genéricas. No me han dado opción: Danone sin dudarlo. Y mira que eran parecidas en casi todo menos en el precio, Danone casi tres veces más cara.
Packaging como herramienta de marketing
Además de la función obvia de contener el producto, el empaquetado cumple otras muchas que no pueden despreciarse si queremos ser alguien en el mundo. Un mismo producto con dos empaquetados completamente diferentes se venden de manera completamente diferente.
Un empaquetado atractivo, colorido, bien hecho puede potenciar la imagen de marca hasta límites insospechados. Lo contrario puede acabar por hundirla.
El problema
Es caro: un buen diseño y puesta en funcionamiento es algo caro y poco accesible a muchas empresa así, de sopetón. Sin embargo, como casi siempre en esta vida, hay alternativas accesibles.
Hoy en día es sencillo encontrar cursos donde den algunas técnicas que se puedan aplicar al diseño de nuestros productos o servicios. Con un poco de imaginación puede hacerse casi cualquier cosa.
Debido al auge de Internet, existen muchos más diseñadores gráficos que hace pocos años y los precios son más asequibles.
Y ojo, que digo caro y éste es un término muy relativo cuando se habla de empresas. La inversión puede ser relativamente grande, pero no puede ser éste el único aspecto que se valore de ella. La rentabilidad, el impacto, la cultura de la empresa… hay muchas otras cuestiones a tener en cuenta además del precio que se pague.
Conclusiones
He comprado natillas Danone, sí. Ha sido imposible negociar con ellos. No ha habido manera. Hoy eran natillas. Menos mal, porque cuando hablan de Invizimals, Playmobil o cualquier otra marca que les resulte atractiva, el precio o el llanto son mucho mayores.
Por favor, cuidad un poco la imagen de lo que vendéis, aunque sea un servicio. Aunque parezca que no tiene mucha importancia, sí que la tiene.
PD: Por si andáis un poco perdidos respecto al packaging, os animo a visitar Ars?Tiendataller, donde imparten cursos con bastante frecuencia que podréis aplicar sin duda en vuestro día a día.