No soy abogado. Lo dejo claro desde el principio. Y, además, reconozco que mi conocimiento sobre los procedimientos legales, la legislación y todo lo relacionado con la aplicación de la ley es algo que disto mucho de dominar.
El sistema educativo que sufrí más de 20 años no incluía ninguna aproximación a las leyes. A pesar de que debo cumplirlas escrupulósamente y que su desconocimiento no me exime de nada… ¡creo!
Imagino que, además de conocer los entresijos del sistema legal español, para legislar, hará falta conocer aunque sea de pasada el asunto sobre el que se legisla. No es que pida que legisle un tecnócrata, que no se me entienda mal. Tan sólo que aquellos que intervienen en el proceso de adaptación o creación de una nueva ley conozcan el campo de aplicación de dicha ley. Que el que legisle sobre animales de granja, sepa lo que es un animal de granja y no incluya un artículo sobre dinosaurios extintos en dicha ley; poco más que eso.
¿Parece razonable, no?
¿A qué viene esto? Legislar y más legislar…
Parece ser que está en trámite una nueva ley -otra más- que regula cómo crear páginas web. Cierto tipo de páginas web, para ser más exactos.
No teníamos suficiente con la ley de las cookies que se ha cargado la usabilidad de miles de web, de manera completamente inútil (la famosa barrita que entorpece cada vez que visitas un sitio diciéndote que usan cookies).
Ahora quieren regular las páginas que enlazan a otras páginas pero que no sean buscadores de palabras aisladas pero que enlacen a contenidos no significativos de medios de comunicación que… Google News, vamos.
Los medios de comunicación están que trinan con esto de Google News, que saca provecho económico de su trabajo y, debido a ello, están todos a punto de quebrar. Eso dicen.
¡Pues lo hacemos!
Para eso está el legislador, para velar por el bien común de los medios de comunicación y de los ciudadanos que amablemente los usan. Y, ¿qué hacemos? Podríamos averiguar si es que el modelo de negocio que siguen estas empresas está cambiando y tienen que adaptarse, podríamos pensar en si los clientes están cambiando la manera en la que consumen las noticias, podríamos hacer… ¡Una ley! Eso, buena idea: una ley.
Y, como parece que Internet y Google News es el problema, pues se soluciona rápido: fijamos una tasa a Google y similares -que poner nombres propios en la ley queda feo- y con ella financiamos el inmovilismo de estas empresas. Lógico.
Y entonces el texto de la ley se va filtrando y aparecen las primeras propuestas que incluyen algo tan natural como que:
- Los diarios digitales no pueden renunciar a su remuneración porque Google y otros enlacen a sus noticias.
- Google y otros estarán obligados a pagar una tasa.
- Esta tasa será negociada con una entidad de gestión (CEDRO).
- Esta entidad recaudará la tasa y la repartirá como crea conveniente entre sus socios para resarcirlos.
Y de paso:
- Si tengo un blog, como éste que estás leyendo, CEDRO cobrará una tasa a meneame.net por enlazarme.
- Yo, como autor del blog, no puedo, aunque quiera, renunciar a esa tasa.
- Esa tasa la cobrará CEDRO y yo no veré ni un céntimo de euro.
- Esa recaudación la repartirá CEDRO entre sus socios de la manera que estime oportuno, sin consultarme. Ni aunque me hiciera socio.
¿Qué os parece el negocio? Redondo, ¿no?
¿Tiene esto algún sentido?
Google lo tiene fácil: dejar de indexar a aquellos que han apostado por exigir la tasa. Así hizo en Bélgica y poco tardaron en pedir volver a ser indexados. Desaparecer de Google es desaparecer de Internet prácticamente.
Otras web lo tienen más difícil.
¿A quién beneficia esto?¿Por qué se hace esto?
Respuesta corta: a nadie.
Respuesta larga: a nadie.
Podemos pensar que esto se hace como consecuencia del desconocimiento profundo de lo que es Internet, de cómo funciona y de las implicaciones que tiene y tendrá en muchos mercados tanto para los clientes como para las empresas.
Esperemos que alguien entre en razón y antes de terminar el trámite completo, se modifique la ley de manera que este esperpento no llegue nunca a ver la luz.
Conclusiones
Legislar sin conocer provoca efectos indeseados a todos los niveles.
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