«To do list», traducido libremente como «lista de tareas por hacer». Sólo hay que hacer una búsqueda en Internet para encontrar miles de millones (literalmente) de referencias, miles de programas para gestionarlas tanto desde el móvil como desde el ordenador e innumerables consejos, guías, filosofías…
Las personas están preocupadas por las cosas que tienen que hacer, está claro.
To do list, las listas de toda la vida
Las listas tienen una indudable utilidad: mejoran la productividad, evitan olvidos, aumentan la autoestima si se cumplen… casi todos hemos usado esta herramienta para tratar de organizar nuestra vida en algún aspecto, laboral o no.
Sin embargo, suelen ser simplemente eso: listas, conjuntos de tareas que hay que hace en algún determinado momento.
Están bien, pero se puede conseguir más de ellas.
Planes
Cuando lo que hacemos tiene un objetivo, lo mejor es trazar planes. El plan puede ser tan simple como una lista de tareas a llevar a cabo, sí, pero, ya que estamos, podemos aprovechar la ocasión para, con unos pocos retoques, mejorar mucho el desempeño.
Los planes se diferencian de las listas de tareas en muchos aspectos, entre ellos, los siguientes:
- Existe un objetivo.
- Las tareas están relacionadas entre sí y tienden a alcanzar el objetivo.
- Las tareas deben ordenarse en el tiempo.
- Las tareas pueden ser independientes a la hora de llevarlas a cabo o pueden depender unas de otras: en ocasiones se pueden llevar a cabo varias a la vez y en otras ocasiones hay que esperar a acabar unas para empezar las siguientes.
- Las tareas pueden tener prioridades.
- Las tareas pueden dividirse en subtareas
- Las tareas deberían ser lo más simple posible
- Deberíamos llevar un control del estado de cumplimiento de cada tarea
- Las tareas requieren recursos para llevarlas a cabo
Y lo bueno es que podemos trazar tantos planes como queramos. Y luego incumplirlos, que suele se lo habitual.
En cualquier caso, si son varios los planes, no estaría mal establecer un plan maestro que ayude a cumplir con todos esos planes.
Conclusiones
Los planes y listas con muy útiles para el ser humano. Las listas de tareas están bien, pero ¡los planes son mejores!
Las listas de tareas pueden ser útiles para llevar a cabo cuestiones no relacionadas entre sí y simples cada una de ellas.
Los planes son útiles cuando las tareas no son sencillas y pueden dividirse, cuando existen varios objetivos, cuando se trabaja en equipo.
Existen muchas herramientas informáticas para gestionar listas de tareas y planes. Pero con un simple papel y algo para anotar se puede empezar y acabar casi cualquier cosa que no se proponga.
¡Ánimo con vuestros planes y listas!