El martes pasado asistí a una sesión formativa en una prestigiosa escuela de negocios. El caso estudiado trataba de una aerolínea. Era interesante y los profesores participantes lo hicieron bien según mi opinión.
El tema de trabajo era el liderazgo, aunque visto desde el punto de vista del control de la empresa.
El caso
Trataba de una gran empresa en pérdidas que iba a ir a su tercera quiebra a final de mes. El consejo de administración decidió contratar a un nuevo director que tuvo 10 días para elaborar un plan para salvar a la compañía.
El caso es que no sólo la salvó, sino que la colocó entre las 5 primeras de USA en su categoría.
Las acciones que lleva a cabo el nuevo director son todas muy sencillas, de sentido común. Y no sólo las planifica y comunica, sino que las lleva a cabo, que no es menos importante.
La pregunta
Cuando llevábamos una hora aproximadamente con el caso alguien levantó la mano para preguntar:
¡Aquí hay gato encerrado! No es posible que simplemente haciendo lo que habéis contado, esta empresa se salvara. Son obviedades. O la competencia era muy mala, o no había o hay detalles que no habéis contado.
Mucha gente estuvo de acuerdo. La respuesta fue corta y clara: obviamente se han resumido algunas cosas, no cabe la historia de una empresa de 50 años en 15 folios pero, en esencia, las cosas fueron así. Lo apoyaron en un vídeo del propio director en el que explicaba qué pasaba y cómo resolvió los problemas.
Una pregunta que él mismo se planteó:
¿Por qué volamos a sitios donde nadie quiere ir?
La respuesta fue algo así como:
¡Siempre se ha hecho así!
Obvio
Es seguro que no es la primera vez que habéis escuchado esa respuesta cuando intentáis indagar un poco en algún proceso en vuestra empresa o en vuestra vida particular. Las cosas se hacen como se hacen… porque sí.
Reflexionemos
Alguna vez nos hemos planteado si los temas tratados en este blog son obviedades carentes de sentido real. Lo cierto es que es un tema que me inquietaba al principio.
Como ya vimos en aquel post, sí, muchas cosas pueden parecer obvias, pero a veces es necesario que alguien venga y te lo haga saber.
¿Cómo es que posible en una aerolínea con 45.000 empleados nadie se hubiera preocupado por saber la ocupación media de sus vuelos por origen y destino? Simplemente se volaba entre ciudades porque sí.
¿Cuántas cosas se hacen así en nuestras empresas? ¿Cuántas veces, en esta época de cambios radicales y veloces habéis reflexionado sobre qué y cómo hace las cosas vuestra empresa? ¿Habéis cambiado algo?