No pedimos nada. Estábamos en casa tranquilamente pensando en cualquier cosa menos en congelados. Y eso que los de Bofrost* son de los mejores…
Daily Archives: 06/11/2013
Cambio de «paradigma»: te adaptas o mueres. Sin excusa.
Son muchos los sectores que se están viendo en dificultades estos primero s años del siglo XXI. No me refiero a empresas en problemas, sino a sectores completos de actividad.
Muchos han achacado estas dificultades a la crisis que nos ha venido asolando. Sin embargo, aunque la coyuntura económica es un factor importante, en algunos sectores ha tenido poco que ver con los resultados económicos cosechados.
La transformación
El caso es que con la llegada del acceso a Internet masivo a la vez que el uso de las redes móviles a precios asequibles y el desarrollo de tecnologías online ha propiciado un cambio gigantesco en numerosos sectores económicos.
Sencillamente han cambiado las reglas.
- De repente, tu nuevo mercado es el mundo
- De repente, tu nueva competencia es… el mundo
- De repente, todo lo que hagas se sabe
- De repente, muchos negocios dejan de tener sentido
- De repente, tus clientes están en muchas ocasiones más informado que tú mismo
- De repente, la estructura de costes varía y puede dejar de tener sentido
- De repente, el presupuesto base cero cobra sentido
- De repente… TODO CAMBIA.
Algunos ejemplos
No hace falta pensar demasiado para averiguar algunos sectores que se han revolucionado a pesar de las empresas que los ocupaban:
- El discográfico y multimedia por extensión
- El editorial
- El turismo y las agencias de viaje
- El comercio al detalle
- El comercio B2B
- La logística y los servicios asociados
Podríamos seguir hasta casi el infinito.
No sólo cambian los sectores de actividad
También cambian los hábitos de los consumidores, su número, su localización, su poder, sus gustos.
Cambia la manera en la que acceden a los productos y servicios, cambia la forma en la que compran, en la que consumen y en la que se relacionan con las empresas.
De repente el cliente ha tomado el poder y es ahora más que nunca cuando él decide qué tiene sentido y qué no. Es el cliente el que elige, para bien o para mal.
Hace poco una organización de consumidores preparó una subasta de tarifa eléctrica aglutinando a centenares de miles de clientes (ya no son abonados). El resultado es que una empresa prácticamente desconocida se hizo con la oferta y la posibilidad de pasar de cero a 400.000 clientes de la noche a la mañana.
Y, ¿qué va a pasar?
Pues hay que aceptar que poca gente lo sabe a ciencia cierta. Sin embargo no todo está perdido. Hay cosas que ya se pueden ir averiguando.
Fundamentalmente, el cliente seguirá adquiriendo poder. Por varios motivos:
- Acceso a información antes impensable
- Agrupación por afinidades en redes sociales o cualquier otro medio
- Recursos económicos escasos (al menos ahora), por lo que exigirá más por su dinero
- Acceso a competencia proveniente de cualquier parte del mundo, a cualquier hora y en multitud de formas
Casi cualquier empresa puede verse afectada por estos nuevos hechos.
Un fabricante de automóviles en el UNO de sus vehículos tenga un fallo catastrófico puede tener un gran problema a nivel de marca. Las acciones de Tesla Motors cayeron sensiblemente el día que se hizo público que UNO de sus vehículos ardió tras colisionar contra otro coche. Que levante la mano el que no lo haya escuchado o visto el vídeo.
Reflexionemos
La reputación, el hacer las cosas bien, el diferenciarse y la pasión por el cliente son ahora aspectos completamente necesarios para poder sobrevivir.