Después de la experiencia sufrida hace unos días en Lizarrán, hemos recibido una agradable sorpresa. Como ya os comentamos, usamos su web para ponernos en contacto con ellos y hacerles llegar nuestra queja.
En ella explicábamos que la experiencia había sido horrible y que nos sentíamos realmente mal después de haber visitado su local de Marbella, situado en el centro comercial La Cañada.
La experiencia fue tan mala que llegué a saltarme la política de este blog. Alguna vez tenía que ocurrir, ¡lo siento!
La sorpresa
Después de redactar y publicar el post, recibí una comunicación de Lizarrán. La reproduzco:
Te pedimos disculpas por lo sucedido y se lo comunicamos al supervisor de zona para que hable con el local. Un saludo.
¿Escueto? Sí. ¿Por qué? Pues porque la disculpa llegó vía Twitter.
Así que a la positiva sorpresa inicial hay que añadir otra: Lizarrán está al tanto de lo que pasa en la red. ¡Más al tanto, incluso que lo que pasa en su propia web!
Aún no hemos recibido ninguna respuesta a la queja enviada a través de la web pero, al menos, podemos decir que se han preocupado en saber qué se dice de ellos y reaccionar al respecto. Bien hecho.
Algunas dudas
Nos quedan aún algunas dudas:
- ¿Se transformará esto en algo real? Esperamos que sí y que la queja sirva para reconducir los problemas encontrados en este local.
- ¿Cómo es posible que la respuesta vía Twitter haya sido más rápida que la respuesta aún esperada a través de la web? Probablemente la persona que se encarga de estas cosas es diferente en cada caso.
En cualquier caso, es un paso en la dirección correcta.
Reflexionemos
¿Es vuestra empresa capaz de reaccionar así a lo que se dice de ella en Internet o fuera de Internet? ¿Sabéis lo que se dice de vuestra empresa en Internet? ¿Cuál es vuestra reputación online?
¡¿Cómo?! ¿¿Que no se dice nada de vuestra empresa?? ¡Entonces tenéis un problema!
Hace un tiempo se decía: si no estás en Internet, no existes. Hoy ya no es un «dicho», es una realidad.